martes, 22 de enero de 2013

Ilusión, divino tesoro



Soy una silla de ruedas y vivo en Tagore desde que abrió sus puertas en 2009…


Mira que el personal del centro prepara actividades para que la Navidad sea una época llevadera pero aun así, son días delicados. Las visitas son más numerosas y muchos de los residentes se encuentran más acompañados pero tú notas como esos días sus caras son un poco más inexpresivas.  En fin. Yo como silla de ruedas que vive en Tagore quiero lo mejor para  mis residentes y por eso en mi carta a los reyes magos incluí dos cosas que creo que  son de lo más importante en la vida pero más si cabe en un centro residencial: ilusión y motivación.

Dice el refranero popular que la esperanza es lo último que se pierde pero yo creo que más necesario que no perder la esperanza es no perder la ilusión. Porque la esperanza supone “esperar”, esperar a que algo pase…o no pase, pero cuando hablamos de ilusión estamos hablando de una actitud ante la vida y ante las cosas. La ilusión tiene que ver, según lo ve esta humilde silla, con cómo se vive esa esperanza.

Cuando alguien interna a un familiar en una residencia no sólo espera que cuiden de su “cuerpo” sino que también,  en mayor o menor medida, de su “alma” y sin quitarle en absoluto valor a la labor asistencial que se hace, que tal vez sea la más tangible, (aseo, alimentación, medicación, controles, etc… creo que lo más difícil es cuidar el alma, porque no se ve, porque no se nota y porque el alma, nadie sabe donde está…

Creo que lo primero para poder “conectar” con la persona mayor es encontrar un punto de conexión, algún tipo de estímulo al que la persona responda y nos permita llevárnoslo “a nuestro terreno”. Todo vale: música, pintura, conversación, contacto corporal, contacto visual, juego, fotografías, nuevas tecnologías, actividades domésticas, bricolaje… todas las personas por muy reacias que parezcan se rinden ante algo.

Esta labor no es fácil. Hacen falta muchas dosis de observación, empatía, comprensión de la situación y circunstancia de la persona mayor así como estar muy alerta en todo momento porque cuando menos te lo esperas, el residente te da una pista de por dónde pueden ir los tiros y una vez encontrado el estímulo que funciona ¡halehop! Ya se puede empezar a trabajar con ellos y hacerles participar.

Una vez encontrado el estímulo y ganada su confianza, es posible plantearse un plan de acción permanente y continuado que aborde aspectos relacionados la actividad física y con la actividad cognitiva.Yo entiendo que una de las cosas más difíciles es mantener la Ilusión por levantarte cada mañana y tener algo que hacer, alguien a quien ver (no hablo ya de familiares sino de compañeros de centro) ilusión por contar y por compartir. Ilusión por ver qué pasa hoy. Y digo que creo que es muy difícil porque la sombra del sentimiento de soledad y la depresión son dos grandes enemigos que no dejan de acechar…

En Tagore creo que se han planteado hacerle frente a la soledad y a las depresiones. ¿Armas?  Imaginación, sonrisa, dulzura, creatividad, cariño, comprensión, constancia y técnica. Seguro que día a día van a ir ganando pequeñas batallas...!pues anda que no son cabezotas!

Y ahora os dejo que parece que parece que ya hay movimiento de platos y seguro que mis abuelos se van a empezar a poner nerviosos!!!

Os dejo con un montaje de fotos que seguro os gusta...!A disfrutar!